Cuando introducir el chupete nocturno y ejemplo de caso práctico con mamá lactante

Cuando introducir el chupete nocturno y ejemplo de caso práctico con mamá lactante

Tabla de contenidos

Este post no solo tiene como finalidad compartir mis conocimientos alrededor del mundo del chupete y su introducción en los bebés, sino que también tiene como objetivo compartir mi firmeza por decidir siempre hacia la individualización de la criatura, su familia y, en caso necesario, del tratamiento.

Una de las cosas en las que más hincapié he hecho a lo largo de mi carrera es en tratamientos individualizados y especializados para cada paciente, ya que cada persona es un mundo como se suele decir y si pensamos en un bebé tenemos toda una familia, ¡y cada familia también es un mundo! Cada mamá con la que trabajo es diferente y también lo es su bebé y sus circunstancias personales, así que parece una locura aplicar un manual para todos los casos. Eso no entra dentro de mi filosofía.

¿Cuándo introducir el chupete?

Vais a ver que la respuesta es más sencilla y al mismo tiempo más complicada de lo que podemos pensar. Para apoyarme, os presento un caso práctico: una mamá que tiene una bebé que succiona mucho por las noches el pecho, necesita la calma para volver a conseguir el sueño, y no sabe qué hacer ya que inicia a trabajar en pocos días y siente que necesita dormir más por las noches, descansar, para poder asumir la nueva rutina que se le aproxima. Como en muchas veces habrás oído si estás en este sector profesional, la mamá expresa que está “desesperada”.

Aquí hay varios puntos que me gustaría tratar:

Por un lado, está lo que sería la gestión de las expectativas, algo tan importante en la vida, pero sobre todo cuando nos encontramos ante un bebé, cuando somos mamás. Además, teniendo en cuenta que la mayoría de mamás hoy en día, siglo XXI, es que la primera vez que conviven con un bebé sea el suyo próximo con lo que muy pocas tenemos claro “¿Qué es un bebé?, ¿Cómo se comporta un bebé?, ¿Qué deberíamos esperar de convivir con un bebé?”. Por tanto, necesitamos trabajar las expectativas sobre, primero, lo que es un bebé y, segundo, lo que es la lactancia, lo que es una lactancia nocturna en este caso y lo que es la necesidad de succión de un bebé para inducir el sueño y mantener el sueño, teniendo en cuenta que es un bebé recién nacido o durante su primer año de vida (o segundo si mantienen la lactancia). Algunos profesionales dicen esto de “a más edad, más nocturna la lactancia” y, es una frase que podría espantar y crear rechazo hacia la lactancia prolongada, pero la realidad es que lo que significa es que un bebé a más edad durante el día y despierto disfruta de explorar, de jugar, de conocer, de aprender… pero a la noche, el bebé necesita inducir y mantener su sueño, y su herramienta por excelencia es el pecho materno.

En ocasiones, las mamás nos ponemos unas expectativas que no logramos cumplir. Ya sea porque hemos idealizado una situación o porque como en algunos casos, con el primer bebé tenemos una lactancia “exitosa” o de poca demanda nocturna. Gestionar las expectativas, es importante, como digo.

No puedo dejar de mencionar otro punto, aunque quizás me vaya un poco del tema. Siempre hago hincapié en que las mamás, necesitan de verdad un acompañamiento profesional de un/a psicóloga perinatal. Saber qué está pasando en mamá es esencial para conocer también la situación y motivo real de la “desesperación”. ¿Cómo se siente? En este momento puntual, o en un momento prolongado durante su maternidad o en un postparto, da igual que sea justo esos días o tiempo después, o que sea muchos días o meses. ¿Cómo puede gestionar esa tolerancia de la necesidad del bebé de estar succionando el pecho?  Quizás hay cosas de base en mamá que deberíamos charlar, que debería hablar con un/a psicóloga perinatal, porque quizás la dificultad viene de otra parte y estamos centrándonos en aspectos que no son la verdadera raíz del problema. Una solución rápida es destetar a este bebé, o destetarlo de forma nocturna. “Rápida” en realidad si lo decides y te permites pasar por varias noches de angustia donde otro cuidador sea el que atienda al bebé. Así que en lo que es expectativas, “rápido” significa varias noches sin dormir escuchando a tu bebé en llanto desconsolado hasta que vuelve a conciliar el sueño. ¿Puede funcionar? ¡Claro! Solo depende de que estés dispuesta a esa transición. La otra opción sería hacer una transición más respetuosa con el bebé y sus necesidades, y por así decir “enseñarle” que hay otras opciones para conciliar el sueño: el dudú, un osito, darte la mano Y EL CHUPETE… Este aprendizaje será incluso de varias semanas o un par de meses, y todavía habrá alguna que otra toma nocturna porque cuando no se consigue el sueño con la nueva herramienta se le permite volver a su herramienta conocida, y eficaz, y poco a poco ir caminando hacia la nueva etapa. Cada familia decide y elige lo que más sienta que necesita y puede trabajar en ese momento.

Cuando una mamá se siente desbordada porque no puede gestionar esta necesidad del bebé para dormir y mantenerse dormido de succionar se plantea qué opciones tiene, evidentemente.

Es aquí cuando llega la gran herramienta que es el chupete y junto con ella la gran pelea, porque hay muchos profesionales que lo desaconsejan completamente hasta que no esté establecida la lactancia, que es más o menos en un mes o dos meses, porque puede causar interferencias o problemas a largo plazo, etc.

Pero también en este aspecto siempre prefiero: tratar cada caso individualmente y ver qué es lo más conveniente para la mamá en este momento teniendo en cuenta todas las circunstancias. No todos los casos son iguales, no todas las mamás sienten y gestionan igual, y no pasa nada por ello.

No olvidar que la decisión final siempre va a ser de la mamá, la familia, y es importante que ella conozca sus opciones, para que pueda tomar una decisión informada y sobre todo sin sentir culpa ni pena por lo que decida que es mejor para su bebé y para ella.

Sí, para ella también. El bienestar de la mamá es el bienestar del bebé a medio y largo plazo. De nada nos sirve una mamá sufriendo muchísimo porque cree que tiene que hacer las cosas de una determinada manera porque esto inevitablemente y sin ser conscientes puede distorsionar el vínculo con su bebé. Si lo vemos así, las consecuencias que pueda tener el chupete no parecen tan malas. ¿Verdad?

Te leo en comentarios, ¿estás de acuerdo conmigo en que todo depende de la situación individual de cada mamá y bebé?


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Formación online para Logopedas

Conoce nuestras formaciones

Potenciamos la formación humana, integral y con rigor científico en los ámbitos neonatal y lactantes.

También hablamos de...

Momento previo a la toma El logopeda valora la regulación conductual del bebé para recibir la alimentación. Queremos saber cuánto...

NO Promover la demanda Un logopeda sabe cuánto demuestra en madurez una señal de demanda y cuánto promueve en la...

¿Más profesionales en un modelo NIDCAP? Es verdad que agregar más manipulaciones al bebé prematuro no es lo que defienden...